El Juzgado de lo Social n.º 2 de Palma ha dictado sentencia en fecha 07-3-25, por la que se reconoce la incapacidad permanente absoluta a una trabajadora, técnico en farmacia, debido a las patologías que padece, entre ellas fibromialgia, fatiga crónica y un deterioro neurocognitivo.
La demandante, representada por el letrado J. Enrique Molina Barranco, del despacho Molina Advocats, inició un proceso de incapacidad temporal en abril de 2023. Posteriormente, el Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS) denegó la incapacidad permanente, a pesar de los informes médicos que evidenciaban las limitaciones funcionales de la trabajadora. Ante esta negativa, la afectada presentó una reclamación previa, que también fue desestimada, lo que la llevó a interponer una demanda ante la jurisdicción social.
El tribunal ha reconocido que la demandante sufre un cuadro clínico complejo que incluye fibromialgia, espondilodiscartrosis axial, múltiples hernias discales, artrosis de manos, migraña crónica, bruxismo, vértigos, acúfenos y un trastorno neurocognitivo. Estas dolencias le impiden realizar tareas que requieran atención, aprendizaje, memoria, bipedestación mantenida o esfuerzos físicos.
En base a la gravedad de su situación, el Juzgado ha declarado a la demandante en situación de incapacidad permanente absoluta, lo que le otorga derecho a percibir una prestación equivalente al 100% de su base reguladora.
El fallo supone un respaldo a los trabajadores que sufren enfermedades crónicas e invalidantes y refuerza el criterio de que la valoración de la incapacidad debe basarse en las limitaciones funcionales reales del afectado, y no únicamente en la existencia de patologías médicas.
El INSS aún tiene la posibilidad de interponer un recurso de suplicación ante el Tribunal Superior de Justicia.